Una festividad marcada por la celebración de importantes efemérides en las que participan activamente las hermandades, los colectivos locales y numerosos devotos
Lanjarón se prepara para vivir la Semana Santa 2025, una cita muy esperada por vecinos, cofrades y visitantes que cada año se acercan a la localidad para disfrutar de su ambiente único y de una programación cargada de solemnidad, fe y tradición.
Una Semana Santa que llega a Lanjarón con la celebración de importantes efemérides como los 285 años de la Hermandad de los Dolores y Soledad, los 150 años de la Hermandad del Cristo de la Expiración, los 50 años de la Hermandad del Ecce-Homo y los 75 años desde la refundación de la Hermandad del Nazareno.
La programación arranca este 13 de abril con la Eucaristía de vísperas del Domingo de Ramos, y se extenderá hasta el Domingo de Resurrección, día 20, con la esperada Procesión de Jesús Resucitado. Durante toda la semana, Lanjarón acogerá celebraciones litúrgicas y procesiones en las que participan activamente las hermandades, los colectivos locales y numerosos devotos.
El alcalde de Lanjarón, Eric Escobedo, ha subrayado la importancia de esta semana para el municipio. “La Semana Santa en Lanjarón es un tiempo de reencuentro, fe y tradición que vivimos con especial emoción. Invito a vecinos y visitantes a disfrutar de cada acto, donde Lanjarón mostrará su mejor imagen gracias también al trabajo de los servicios municipales y la implicación de tantas personas que hacen posible esta celebración”.
Por su parte, el concejal de Cultura, Juan Manuel Jiménez, ha destacado el valor patrimonial y cultural de esta festividad. “La Semana Santa no solo tiene un valor religioso, sino también un peso cultural e identitario que queremos proteger y poner en valor. Las procesiones, la música y el compromiso de las hermandades forman parte de la esencia de Lanjarón y son también un atractivo turístico de primer nivel”.
Por otro lado, este año la imagen oficial de la Semana Santa cañonera es una pintura sobre lienzo del reconocido artista malagueño Juan Carlos de la Torre Macías, un referente en el ámbito del arte sacro y la cartelería cofrade.
La obra representa con gran maestría a la Virgen de los Dolores y Soledad, vestida de luto y con el corazón traspasado por siete puñales, acompañada por la imagen del Señor Yacente. En el fondo, un simbólico motivo de la Santísima Trinidad, con un triángulo y tres círculos que evocan vidrieras de iglesia, sobre las que se alzan las cruces del Calvario.