El Ayuntamiento de Lanjarón y la Comisión de Fiestas pondrán a la venta 10.000 entradas para no residentes en el municipio y reservará 4.000 para todos los cañoneros que quieran participar. Para éstos seguirá siendo gratuita, mientras que aquellos que lleguen a Lanjarón para disfrutarla deberán abonar 5 euros.
Medio centenar de vigilantes de seguridad velarán por el correcto acceso al recorrido, que seguirá siendo el habitual, con inicio en la rotonda de acceso a la calle principal del pueblo y final en la Plaza de la Constitución. Habrá distribuidos un total de 20 puntos de control de acceso y todos aquellos que deseen participar deberán canjear sus entradas, adquiridas a través de la web municipal y en distintos puntos de venta físicos, por unas pulseras. Los habitantes de Lanjarón podrán obtener la pulsera acudiendo al consistorio en los días y semanas previos y mostrando el DNI.
Se ha establecido un punto de venta en Granada capital, en el Bar Duende 15, mientras que en Lanjarón se venderán en el Ayuntamiento, Oficina de Turismo, Heladería Venecia y Comisión de Fiestas. En estos puntos de venta se podrán canjear por las pulseras las entradas que hayan sido adquiridas vía web. La venta arrancará el próximo 1 de mayo.
Agentes de Guardia Civil y Policía Local, personal sanitario, ambulancias y efectivos de Protección Civil volverán a velar un año más por el correcto desarrollo de la fiesta cañonera, que se celebra durante una hora, la primera de cada 24 de junio.
El objetivo del Ayuntamiento de Lanjarón no es hacer ‘caja’ a costa de la fiesta, pues los beneficios que pudieran obtenerse se destinarán en gran parte al pago de los servicios de seguridad contratados para el evento. Lo que persiguen el consistorio y la Comisión de Fiestas es “rescatar el espíritu con el que nació esta fiesta, demasiado masificada en los últimos años, lo que hace que alguna gente no se comporte como es debido y cause molestias a los vecinos y al resto de participantes”, afirma la edil cañonera de Fiestas, Toñi Romero, quien resalta que “no hacemos más que responder a una demanda de muchísimos cañoneros, que nos decían que ya ni salían al agua, porque parecía más un macrobotellón que lo que ha sido siempre nuestra carrera por San Juan”.